todo concluye al fin.....

Con los primeros fríos (ya más intensos) las flores se despiden de la larga temporada cálida que vivimos últimamente en Buenos Aires. Las zinnias generosas siguen -ya sin tanto esplendor-, pero sus colores vibrantes aún brillan bajo la cálida luz del otoño. Igualmente hoy me dediqué a cosechar semillas y almacenar para la próxima temporada. Esta semana empezaremos con la limpieza de canteros (que fue postergada por la lluvia) y ya poco quedará en pie, así que...a trabajar!

En el caso de las zinnias las flores deben estar bastante secas o maduras al menos, para la cosecha de semillas. 

El Dolychos lablab es la estrella de los alambrados de la huerta. A contraluz sus vainas revelan la semilla gordita ya formada en su interior. Otra que irá a los sobres.....

La Verbena bonariensis, si bien es una autóctona rústica que se resiembra sola, cosecho las semillas de la variedad más doble y florífera. 

Todo va en sobres de papel -para que terminen de secarse-,  con fecha y nombre de lo que contiene.  Las guardo en un lugar fresco y ventilado.

La Nicotiana silvetris es un espectáculo permanente, después de las flores quedan las hojas, y las cápsulas que se van secando, también ofrecen un lindo espectáculo con el sol bajo del otoño.