Cercos: tapar, hasta dónde?

El cerco de cañas podado -de manera de controlar su altura- nos permite disfrutar del colorido de la acacia negra (Gleditsia triacanthos 'Sunburst',  de los tilos y de los Liquidambar del vecino.

Estos días grises y otoñales disfruto desde adentro de casa el paisaje que se mezcla con los árboles que están afuera de nuestro jardín: los de los vecinos de al lado y los de más allá....

Y esto ocurre simplemente gracias a que mantenemos los cercos a una altura justa y necesaria, de manera de darnos privacidad mutua pero compartiendo vistas y dándole así más profundidad y riqueza a nuestra vista. 

Con esta introducción quiero abordar el tema fundamental que es establecer los límites plantando plantas en los cercos, tarea que muchas veces nos lleva hacia lugares impensados y que lamentablemente nos damos cuenta recién al cabo de varios años cuando las plantas crecieron mucho y ya es demasiado tarde....
Entonces la pregunta que cabe podría ser: ¿Cuánto y a qué altura quiero realmente tapar? Qué podría perderme (o qué me estoy perdiendo) del paisaje "prestado"?

El cerco detrás del cantero conformado por azareros verdes se mantiene a 2,5 metros de altura para permitir la visión de los robles y de los eucaliptos que le dan profundidad al paisaje y un sensación de amplitud al terreno. 

Si bien el laurel comestible (Laurus nobilis) es una planta que responde muy bien a la poda, si no se mantiene puede llegar a convertirse en un árbol o un arbusto de gran dimensión. En la foto de arriba se ve claramente a la izquierda un laurel que ha crecido bastante y casi tapa (y a la vez enmarca) a los robles del terreno lindero con sus follajes rojizos.

En este caso las cañas se dejaron crecer en altura para evitar el polvo de la calle de tierra, igualmente se asoman por detrás unos Plátanos (Platanus acerifolia) y delante un ciruelo remolacha que con sus hojas bordó arma la composición con las flores y gramíneas del cantero. 

Los cipreses leylandi forman una barrera densa y compacta, sirven de apoyo al cerco de Pyracantha spp, pero a la vez tapan  los robles que quieren asomar tímidamente por detrás.  

Una hilera de Cupressocyparis leylandii puede funcionar en terrenos amplios donde hay espacio y perspectiva. En jardines de pequeñas dimensiones pueden transformarse en una barrera demasiado densa y asfixiante.

Un cerco de tablas de durmientes cementadas a pique puede ser una solución rápida para separarnos del vecino. Los dos metros de altura son suficientes para tapar a las personas y sirven de apoyo al cantero delante, y a la vez enmarcan la vegetación que asoma por detrás. 

Gramíneas, arbustos bajos y herbáceas perennes sobre una pared de durmientes. 

Un Acer palmatum, varios azareros enanos (Pittosporum tobira nana) en primer plano y un grupo de eugenias (Sysygium paniculatum) a la derecha tapan irregularmente la casa, creando un paisaje interesante a la vez de otorgar privacidad. 

Desde otro ángulo del jardín puede verse el paisaje propio fundiéndose y enriqueciéndose con el entorno. 

Algunos consejos a la hora de elegir las plantas de cerco:

1. Determinar que quiero tapar realmente. A veces por querer tapar al vecino construimos barreras que terminan creando sensación de asfixia en el jardín. 

2. Comprar plantas que envejezcan bien, más vale esperar un poco pero ir a lo seguro y duradero. No siempre lo que crece más rápido o lo más barato, es lo mejor.

3. Los cercos pueden formar parte de las líneas estructurales del jardín, deberían verse bien todo el año.   

4. Si sabemos la altura y el espesor final que queremos, comenzar a podarlo desde joven, no esperar a que haya crecido demasiado para encarar la poda, de esta manera su mantenimiento será mucho más fácil y mejor el resultado.