la huerta en otoño

Las semillas de arvejas van explotando y liberando su plantín. 

Alegría, eso es lo que siento cuando veo germinar los nuevos plantines que sembré a principios  de mes. Gracias a los días templados de otoño todo parece crecer a buen ritmo. Tiempo de recambio en la huerta, renovación y mejora del suelo, además de permanentes siembras.

El camión de compost nos alcanza también para llenar nuevamente los canteros cuya tierra se fue compactando durante el año y después de acomodarla bien y emprolijar con el rastrillo estoy lista para seguir sembrando.

José volvió a poner las hojas caídas de los árboles en los caminos, para evitar que se forme barro y también proteger el suelo. Enseguida se triturarán con las pisadas y para el año que viene estarán incorporadas al suelo.

 Entre las arvejas sembradas a principios de mayo planté una hilera de esta lechuga nueva que se llama 'Bronze Arrow', allí crecerán rápidamente y las cosecharemos antes de que las arvejas les hagan sombra o les quiten espacio.

Si bien las arvejas germinan con vigor, cuando empieza el frío se quedan petisas esperando la llegada de la primavera, en ese momento pegan el estirón y empiezan a florecer y fructificar. Es por eso es que en Buenos Aires conviene sembrarlas en el otoño y siempre de asiento o siembra directa, ya que no les gusta el trasplante o repique. Las arvejas deben cuidarse del ataque de los pájaros, en esta época el alimento para ellos empieza a escasear y estos nuevos brotes son su plato predilecto (junto con las espinacas).

La gran sorpresa fueron los apios, que el año pasado tuve en uno de los cajones y florecieron antes de que los pudiera cosechar. Pero como dice el dicho "no hay mal que por bien no venga", ya que este año aparecieron un montón de plantines entre las nuevas siembras en ese cajón, que se sembraron espontáneamente.

Así que lo único que tuve que hacer fue trasplantarlos a una nueva ubicación. Este año seguro los voy a cosechar más temprano.

En el cajón de las aromáticas, ya asomaron los perejiles que fueron sembrados de asiento. A medida que crezcan los iremos raleando para que cada planta tenga espacio y luz suficiente.

También sembré eneldo, que es la aromática anual de invierno. Como prefiere ser sembrada de asiento, cubro el sector con una malla para evitar que los gatos vengan a escarbar. Una vez que hayan crecido un poco más podré quitar la protección.

Y por supuesto que en nuestra huerta las hojas siempre son las estrellas, y gracias a la siembra que hice a fines de febrero bajo la media sombra ahora podemos comer ricas ensaladas. Para comer permanentemente verduras es muy importante sembrar de manera escalonada.

Escalonar es la clave en la huerta, especialmente con ciertos cultivos. Mientras algunas plantas ya están para ser cosechadas en la huerta, otros plantines de lechuga como los de más atrás en la foto han sido envasados y están listos para ir a su nuevo lugar, otros ya germinaron en la bandeja de plugs, y nuevamente me dispongo a sembrar otra tanda en una nueva bandeja. En general trato de sembrar cada tres semanas, mientras la temperatura lo permita.

Estos plantines de lechuga y mostaza están recién envasados, aquí podrán quedar un par de semanas (a pleno sol), a la espera de que se libere un nuevo lugar en la huerta.