trabajos finales....

Aunque el invierno continúa, ya se empieza a percibir la cercanía de la primavera. A toda máquina José apura la preparación de los últimos canteros de rosas que quedan por plantar. Como les conté antes, les agregamos una buena cantidad de compost, siempre después de haber levantado los panes de pasto, y punteado bien la tierra. Finalmente incorporamos el abono, dejando los canteros bien altos ya que al ser un material tan poroso y liviano, hacia el final del verano se van a haber compactado bastante.

Allí va José apurando su paso, lleva la tierra que sale de los canteros que como tiene raíces de pasto, el destino será nivelar los sectores bajos del jardín que necesitan ser rellenados. Es importante saber que aunque el pasto esté quemado por el frío, las raíces y gajos del mismo volverán a brotar en la primavera, es por eso que es fundamental sacar cada raíz o pedacito de pasto de los canteros.

Mi tarea es más liviana: rastrillar los canteros que bordean la huerta para reubicar las herbáceas y sembrar algunas flores de estación. Después de varias pasadas de rastrillo, la tierra queda bastante fina lista para plantar.