fertilizar: cuándo, cómo y porqué

Una de las preguntas más frecuentes que suelen hacerme es, si es necesario fertilizar y cuándo es el mejor momento para hacerlo. Por lo general cuando el jardín está recién plantado y tenemos mucha ansiedad por que las plantas crezcan, recurrimos al uso (a veces indiscriminado) de fertilizantes químicos. Y esto no siempre tiene un buen resultado.
Lo primero a tener en cuenta es qué es lo que buscamos con la fertilización: que crezca más? que dé más flores? que se recupere luego de un trasplante?

Algunos tips a tener en cuenta:

• Si las planta está plantada en un suelo fértil y rico en nutrientes probablemente no necesite nunca ser fertilizada.
• Solo deben aplicarse fertilizantes cuando la planta puede absorberlos y  metabolizarlos para traducirlos en mayor crecimiento. Esto ocurre desde fines de invierno y durante la primavera, y desde finales de verano hasta el otoño.
• No es conveniente aplicar fertilizantes en pleno invierno, ni tampoco en pleno verano, ya que tanto el frío como el calor detienen la actividad en las plantas. Sólo se aplicarán fertilizantes en esas estaciones cuando se trate de plantaciones nuevas, para ayudar a las plantas en el momento de transición.

Para lograr hortensias llenas de flores, es necesario un suelo ácido (con mucha turba) y un poco de nitrofoska que puede aplicarse desde agosto y hasta octubre. 

• Si queremos mejorar la floración de una planta, el fertilizante debe aplicarse como mínimo un mes antes de que ésta ocurra. Por ejemplo, las azaleas que florecen generalmente en septiembre deberían fertilizarse en el mes de agosto.
• En plantas que han sufrido algún tipo de estrés ya sea por trasplante o porque fueron atacadas por alguna peste pueden fertilizarse, pero cuidando la dosis. En estos casos los fertilizantes líquidos pueden dar mejor resultado, ya que son absorbidos más fácil y rápidamente.
• Cuando se usan fertilizantes químicos deben cuidarse las dosis, ya que un exceso tanto de cantidad como de frecuencia, podría quemar las plantas.  
• Los fertilizantes y mejoras orgánicas como ser el humus de lombriz, la resaca o el estiércol seco, además de proporcionar nutrientes, mejoran la estructura del suelo. Pueden agregarse en generosas cantidades y en cualquier momento de año. 

• Las plantas en macetas necesitan fertilizaciones periódicas ya que el suelo es limitado y sus nutrientes se lavan fácilmente.
• También las plantas que conviven en un mismo espacio (como ser aquellas que viven bajo los árboles), deben fertilizarse porque compiten por agua y nutrientes.