domingo, 23 de mayo de 2021

árboles en clave otoñal

 

En un jardín todo forma parte de la composición o diseño . 

Es muy común que en esta época del año todos soñemos con tener árboles otoñales en nuestro jardín.
La belleza del colorido de las hojas de algunos árboles y arbustos, que van tiñéndose a medida que el frio avanza, nos deja suspirando. 
El primer impulso es salir corriendo al vivero para encargar nuestro árbol otoñal, entonces, me pareció útil compartir algunos consejos antes de dejarse llevar por el entusiasmo.


El Rhus typhina es un pequeño arbolito cuyo principal (y casi único) atractivo es el color de sus hojas en otoño, pero debe tenerse mucho cuidado al plantarse ya que tanto su corteza como su frutos pueden provocar alergias muy serias. 

1. En primer lugar debemos pensar que una planta, si bien va a tener una característica o rasgo especial por el cual la elegimos (flores, hojas, etc.)  debe pensarse todo el año. Es decir, qué va a pasar esa planta cuando no esté con, hojas, flores o aquella cualidad por la cual la elegimos.  


Los colores de los árboles en el sur (patagonia argentina), son increíbles. En primer plano un raulí (Nothofagus alpina) en tonos de naranja y rojo. Atrás, un grupo de abedules (Betula spp), cuyas hojas toman un color dorado excepcional.  Ambas especies crecen muy bien en suelos pedregosos y climas fríos. 

2. Elegir plantas que puedan crecer sanas en nuestro suelo y clima. 

El Acer palmatum crece  muy bien en diferentes tipos de suelo y clima. Su color de otoño es increíble y la brotación de primavera verde clara, también. Tiene una silueta más bien extendida y una copa amplia ramificada desde abajo. Es además un árbol que tolera muy bien el trasplante (o sea se pueden comprar ejemplares grandes sin problema).

El fresno americano (Fraxinus americana), es un árbol que suele verse en el arbolado de calles y veredas. 
Es lo que yo llamo, un árbol correcto. Crece rápido, se adapta al trasplante, toma color amarillo en otoño.  
Algo que a veces no resulta atractivo en los fresnos americanos (hechos de semilla), es que si el pie es femenino, en el invierno le quedan los frutos (sámaras) pegados a las ramas y puede no resultar muy lindo. 
Hoy en día hay variedades nuevas muy interesantes en los viveros como el Fraxinus oxycarpa 'Raywood' cuyas hojas se ponen color borravino en otoño, y la copa es un poco más compacta. 

Una variedad de fresno muy difundida también como ornamental es el fresno dorado ( Fraxinus excelsior 'Aurea'), cuyo porte es más pequeño, la copa más compacta y el crecimiento bastante lento. Otro rasgo distintivo es que es el primero en ponerse amarillo y perder las hojas, y el último en brotar. 

Hablando del fresno aprovecho para mencionar el tercer consejo a la hora de elegir y plantar árboles otoñales. 

3. Pensar que las plantas que están cerca (detrás o a los costados), constituirán el marco o fondo sobre el cual ese color va a apoyarse. La percepción de los colores cambia notablemente de acuerdo al fondo. Es por eso que los días grises de cielo plomizo nos resultan tan lindos para ver los coloridos otoñales, y si observamos los árboles y sus entornos, veremos que los verdes oscuros constituyen también un excelente y necesario fondo para que se luzcan mejor. No puede pensarse una planta individualmente sino también en relación con las que la rodean.

Las casuarianas (foto arriba) verde oscuras, forman un fondo verde oscuro sobre el cual los fresnos dorados resaltan el color de sus hojas y la forma de sus copas.

Un alerce europeo (Larix decidua) destacándose sobre el fondo oscuro de cipreses y piceas. 

Pequeños ejemplares de roble pellín (Nothofagus obliqua), antes de perder sus hojas,  sobre el cielo plomizo (de a ratos) y la luz cambiante del otoño patagónico. 


El verde oscuro de las Acacia melanoxylon (al costado) y el verde más claro de los buxus delante, acompañan el colorido de los Pyrus calleryana 'Chanticleer', que son prácticamente los últimos en poner sus hojas de color.  
4. Considerar que cada árbol o arbusto caducifolio irá cambiando de color a distinto tiempo. Algunos lo hacen muy temprano a comienzos del otoño , y otros hacia finales de estación. También tener en cuenta que algunos pierden las hojas inmediatamente y otros las conservan "pegadas" por muchos más días. 


5. Como mencioné al comienzo, una planta debe ser evaluada a lo largo de todo el año, con todas sus características (virtudes, defectos, necesidades, cuidados y mantenimiento), y no solamente por un valor, que en este caso sería el color otoñal. La silueta (o esqueleto) es a veces tan importante como el colorido de las hojas. Los árboles bien formados con su tronco y ramas desnudas, pueden transformarse en los protagonistas del jardín durante el invierno.  


El color de las hojas de los liquidambar (Liquidambar styraciflua), todavía amarillas, junto con las magnolias caducas blancas (Magnolia loebneri Merril), que le suman a su atractiva floración en el invierno, el color de sus hojas en el otoño. Todo con un entorno con diferentes formas y tonos de verde que contrasta con el amarillo otoñal. 


martes, 16 de febrero de 2021

El valor de cada planta

Una de las maneras más comunes de conocer plantas nuevas es mirando libros o, en el mejor de los casos, visitando jardines. Hasta aquí todo bien, especialmente si prestamos atención (leemos o preguntamos), a todos los aspectos que nos interesan y que son importantes a tener en cuenta: necesidades en cuanto a sol, suelo y riego, tiempo de floración, cuidados básicos, etc. etc. 
A partir de ese momento en que decidimos incluir esa planta en nuestro jardín, empieza un largo proceso que deberá durar al menos un año. Este será el mínimo tiempo necesario para poder estudiar esa planta durante todas las estaciones. Es durante ese período que podremos evaluar cómo crece, cuánto tiempo florece, si necesita ser tutorada, si es susceptible a enfermedades o plagas, cómo pasa el invierno, como es el rebrote en la primavera, si es invasora o si tiene crecimiento débil.

Es muy fácil enamorarse de un jardín en la primavera, pero lo importante es estudiarlo a lo largo de  todas las estaciones.


Mi jardín es, además de un espacio para disfrutar en familia, mi hoja de práctica. Aquí pruebo plantas nuevas y sus combinaciones, las voy estudiando a lo largo de todo el año y hago diferentes prácticas para evaluar como es su mejor respuesta. Todo esto lleva al menos dos años de estudio. Recién después de ese período puedo hacer una evaluación más completa y decidir si voy a usar en otros jardines esas plantas o si al menos las puedo recomendar. 

Desde que vi la Echinacea purpurea quise tenerla en mi jardín. Luego de intentar hacerla de semilla durante varios sin éxito, le compré unas plantas a mi amiga Chola, siguiendo su consejo,  y a partir de ese momento se quedó en mi jardín para siempre. Cada año se resiembra sola por diferentes lugares y la voy trasplantando a nuevas ubicaciones. Aprendí de esa experiencia, después de leer también en distintos sitios, que la semillas necesitaban varias horas de frío (estratificación) para despertarlas y ayudarlas a germinar. Cuando la planta está en el jardín, ese proceso ocurre naturalmente ya que al estar a la intemperie las heladas le otorgan ese frío tan necesario. Si leyéramos bien las indicaciones en los sobres tal vez tendríamos menos frustraciones.... De cualquier manera, siempre se aprende algo nuevo, y eso es bueno. 
Después de estudiarlas un par de años (o más...) decidí incorporar las echinaceas al cantero principal. 
Otra de las nuevas incorporaciones al cantero ha sido el Echinops ritro. Luego de verlo en fotos y jardines, pero siempre temerosa en relación a su adaptación al suelo de mi jardín, decidí plantarlo y evaluarlo in situ. La floración ocurre en el verano, cuando muchas plantas han terminado su primera floración, lo cual le agrega interés al cantero. Sus pelotas azules son muy llamativas. Ahora veremos cómo resiste el otoño húmedo de Buenos Aires y si rebrota bien la próxima primavera. 
Con la Monarda dydima, mi historia es antigua. La tuve plantada en mi primer cantero en nuestro jardín  hace 25 años en una versión roja, pero por alguna razón la había perdido, este año (gracias a algunas plantas que me regalaron y que fui dividiendo), logré tener buenas matas en el cantero. Además de ser muy linda, atrae mucho a la abejas. También he sembrado otras monadas que voy de a poco incorporando en diferentes sectores del jardín. 

Las dalias, bulbosas de verano generosas y floríferas, están en mis canteros hace ya muchos años. Esta planta, puede vivir en diferentes tipos de clima (en los muy fríos deben almacenarse sus bulbos /tubérculos en el invierno), prefiriendo siempre los suelos muy bien drenados y el pleno sol. En mi jardin dan una buena floración en la primavera y así siguen hasta el otoño. Hace algunos años que practico la poda en el verano (les saco un tercio desde arriba) para tener mejores floraciones en el otoño. Necesitan ser tutoradas y he aprendido a lo largo de todos estos años, que se cruzan espontáneamente y se resiembran solas por el cantero, dando origen a nuevas variedades cada año. 

Las plantaciones "estilo pradera" son maravillosas, pero requieren de mucha atención, además de una aceptación de que en el invierno, esa pradera florida y suelta probablemente se vea despojada y no tan prolija. Además de la rigurosidad y atención para su cuidado, deberá incorporase la idea del paso de las estaciones con todo lo que eso implica. 

Desmalezar, podar, dividir....y volver a empezar. Disfrutar el paso de cada estación, atraer vida silvestre y hacer intervenciones de manera que pueda controlarse la naturaleza pero sin excederse, así ella también pone su firma en ese lugar. 

Hay especies que pueden tornarse invasoras, por lo tanto requerirán de mayor atención, para no permitir de que ocupen todo el lugar. Allí deberemos estar más atentos cuidando de no se resiembren por todos lados, o que si lo hacen, deberemos arrancarlas bien de raíz (aunque duela). Tal es el caso del Ammi majus (izquierda) y del Teucrium hircanicum (derecha).

Este es un oficio que nunca se termina de aprender, y qué mejor que el propio jardín para estudiar, disfrutar y divertirse. 


Buen año y ojalá sea hasta pronto! 

miércoles, 22 de abril de 2020

Otoño: entre la acción y la planificación.

Los calabacines se van a un lugar seco y fresco, bajo una  galería o alero a donde no pegue mucho el sol.
Este peculiar otoño que nos toca vivir, para quienes tenemos la suerte de tener un jardín, es una gran oportunidad para dedicarle más tiempo, y profundizar las tareas y acciones que de hecho siempre hacíamos o debíamos hacer. En las huertas, el tiempo de recambio ya comenzó, vamos levantando lo que queda de los cultivos de verano y preparando el suelo para las nuevas siembras que nos darán verduras frescas durante el otoño y el invierno. 

Entonces en donde estuvieron los zapallos, apenas removí la tierra, porque estaba blanda, y luego de sacar algunos cascotes más grandes, hice la siembra de rúcula y la plantación de algunos brócolis y cebollas de verdeo. 
Los tomates que fueron sembrados entrada la primavera, siguen dando y así lo harán hasta la llegada de la primera helada. Eso suele pasar cuando se hace una siembra escalonada en dos etapas, los primeros son los que darán cosechas desde comienzos de verano y los segundos tomarán la posta y continuarán la producción hasta mediados de otoño. Para los fanáticos del tomate, es una buena manera de tener una cosecha bien larga.  

Este año estoy prolijamente guardando las semillas de los tomates que realmente valieron la pena. Uno de ellos es  este tomate cherry de buen tamaño, (es el que estaba en la foto anterior). Reúne dos requisitos fundamentales: buena producción y buen sabor. Una manera de secar las semillas es abriendo el tomate y colocando prolijamente las semillas sobre un papel tisú o papel higiénico, allí se secarán y la temporada que viene se podrá sembrar directamente ese pequeño trozo de papel en una maceta y de ahí germinarán los tomates. La otra manera es abrir los tomates, colocar las semillas en un colador, lavarlas y luego ponerlas al sol para que se sequen. Último paso y fundamental: colocar nombre del tomate y fecha. 

En la huerta cercana a la cocina ya levantamos también la tomateras y en este caso tuve que preparar de mejor manera el suelo, ya que estaba muy apelmazado. Agregué un poco de arena y también un sustrato rico en materia orgánica. 

Después de diez días, gracias a la temperatura ideal que tenemos en el otoño, todo germina a gran velocidad. Solo hay que cuidar los canteros, de los gatos, de los pájaros y... que no les falte agua. En algunos casos de las hormigas y caracoles también! En este cantero germinan: remolachas, espinaca, mostaza y zanahorias. Las lechugas de la izquierda fueron plantadas de plantín de almácigo. 

La temperatura otoñal es ideal también para hacer gajos o esquejes. Hay que aprovechar que las plantas entran en un período de ralentización o disminución de crecimiento, sumado nuevamente a las condiciones de temperatura y humedad ideales. Lo mejor en el caso de los gajos es siempre hacer diferentes pruebas, con plantas que nos gustan, que queremos multiplicar; usar diferentes sustratos tipo perlita, turba, compost, arena, y de esa manera poder evaluar, cual dio mejor resultado. En este blog podrían encontrar los paso a paso para hacer gajos en otras entradas (hay que buscar en el buscador de la derecha) .

Y como siempre, me gusta hablar de la compostera. Qué fácil es reciclar los residuos orgánicos, vamos! Nosotros este año hicimos una nueva con todos materiales reciclados, postes, alambrado (ex pileta y ex huerta, tercer reciclado!! ), hicimos tres compartimentos para poder compostar en etapas. Lo que se ve acumulado en los dos últimos compartimentos es lo que salió de la vieja compostera y que vamos a usar este otoño en los canteros. a medida que queden vacíos iremos apilando en capas hojas, césped cortado, malezas que no hayan florecido, residuos vegetales de la cocina y huerta, todo con capas de tierra para acelerar el proceso. Igualmente siempre debe calcularse entre tres y nueve meses para lograr el mejor sustrato. 

Pasando a un tema más floral, llegamos a las dalias. Allí siguen ellas, floreciendo sin tregua, también hasta que caiga la primera helada fuerte. Mientras me dedico a clasificarlas, trato de identificar cada una desde la flor hasta la base y allí ponerle la etiqueta con el color, altura, etc. De esa manera en el otoño podré levantarlas, dividirlas y ordenarlas, tal vez sacando algunas plantas demasiado vigorosas, y haciendo hijos para el vivero. 

Así voy poniendo a cada una su cartel, bien en la base de cada planta de manera que no se pierda cuando las podemos. 

Y para que están las flores si no es para disfrutarlas? 

En el cantero principal, voy tomando mis últimas notas y fotos. Pensando en los cambios que podría hacer durante el otoño e invierno. Es difícil cuando se ve todo en flor, pensar en modificaciones, pero siempre es bueno investigar y probar nuevas plantas. 

También disfrutamos de cada vista y cada ángulo del cantero. Todo se evalúa, no solo el color o aspecto de la planta, también se puede observara el tiempo de floración , la resistencia a enfermedades y plagas, etc., etc. 

Las que pasaron la evaluación con un muy bien 10 son las Salvias 'African Sky', se llevan muy bien con los agapantos y florecen generosamente, además de no necesitar tutor y ser muy poco susceptibles a enfermedades y plagas como lo son la mayoría de las salvias. 

Salvia 'African Sky'
Me despido con el clásico de otoño, estas Salvias leucantha se ganaron su lugar y acá se quedan.

Y una novedad: esta divina trepadora que me regaló mi amiga Chola hace unos años, finalmente se largo a florecer. Se las presento: Petrea volubilis. 

viernes, 3 de enero de 2020

En el jardín: balance de un año productivo.


Terminó un año intenso, complicado en algunos aspectos, pero de mucho trabajo para mí. 
El jardín, como siempre, ocupa un lugar muy importante de mi tiempo y en mi cabeza también. Es mi laboratorio, acá pruebo plantas, combinaciones, diseños, y también, disfruto, cosecho, enseño, comparto, y me divierto investigando nuevas plantas, de semillas traídas de por ahí, algunas regaladas, algunas compradas, algunas compartidas. 
De eso se trata para mí la jardinería. 


Algunos lugares del jardín se consolidan, como los canteros delante de la casa con el borde plantado por buxus que hice hace algunos años de gajo y ya forman una pared. 


Los jazmines de leche que florecen con intensidad en el mes de noviembre, han pasado a ser una parte fundamental del jardín. Sus columnas verdes sostienen el invierno orgullosamente y en la primavera se lucen con sus flores. 

La casita en donde doy mis clases, luminosa por dentro, y casi mimetizada con el jardín por fuera. Este año con las espuelas caballero que germinaron solas bajo las acacias, para confusión de mis alumnos a quienes no paro de decir que son de pleno sol.....en fin.


Los agapantos, rústicos y nobles, alivianados por las Salvia 'African Sky', y algunas espuelas de caballero y gauras.


Una Molucella laevis (campanilla de irlanda) que se sembró sola en algún huequito que encontró y que fue tan útil para armar unos lindos arreglos para el curso y bastantes más también. 




Pero, como todo en la vida y sobre todo la naturaleza, hacia final de primavera, va llegando el tiempo de poda y acondicionamiento de los canteros para que pasen el verano y se preparen para el otoño. 
Se van las espuelas cuando ya terminaron de florecer, al igual que otras anuales de primavera, y vamos podando otras herbáceas perennes que también florecieron y lo volverán a hacer de forma más prolija en los meses siguientes.

Las salvias x sylvestris son muy generosas y floríferas, pero necesitan de la poda inmediata a la floración para seguir floreciendo. 


Acá van las varas secas a guardarse en un lugar seco y fresco, para terminar de secarse y luego separar las semillas. Siempre identificando la caja o sobre en donde se guarden. 


En el jardin experimental de flores, algunas situaciones fuera de control, otras muy bienvenidas. Las salvias floreciendo a pleno con algunas escabiosas atrevidas que germinan por cualquier lado. 


Este año que pasó pude conocer gente maravillosa y divertida, alumnos, compañeros de viaje, todos reunidos por una misma pasión: la jardinería.  
A Pedro Schmekal lo conocí en un viaje a Bariloche por trabajo. Qué persona genial divertida y con un gran conocimiento en el cultivo de bulbos. Nos divertimos y aprendimos mucho en una corta visita a su cultivo en la Península de San Pedro. 


Variedades de narcisos, tulipanes, jacintos, y un montón moñas creciendo en lo de Pedro, 

Cleomes y Visnagas creciendo en la pradera  de Flor, en Pilar, Provincia de Buenos Aires. 
Sigo y seguiré aprendiendo de praderas, de gente que experimenta, como mi amiga Flor Valls, con semillas de autóctonas y otras  exóticas, buscando la mejor combinación, pero no solo estética, sino de buena convivencia con el menor mantenimiento posible. 


También veo cada día que a veces lo simple puede resultar interesante, como este grupo de Achiras rojas (Canna indica), creciendo en un entorno muy verde, mostrando como el verde y rojo complementarios en el círculo cromático, forman excelentes combinaciones.   


Gracias a unas semillas regaladas por mi amiga Angela Copello, descubrí las zanahorias ornamentales ( Daucus carota 'Purple Kisses'), ideales para el florero y también para las praderas o canteros. 

Daucus carota 'Purple Kisses'.

Las amapolas hacen lo que quieren un mi jardín, cuando empiezan a germinar, nunca sé de qué color o forma saldrán, ya que tengo muchas especies diferentes. Y de repente, me encuentro con lindas sorpresas. 

Las centaureas (flores anuales de primavera) hoy están casi limitadas a la pradera, allá pueden crecer por donde quieran. Llegaron por plantines regalados por Federico Sanchez, y otros que sembré yo. 



Y así terminó el año, y ya arranca el nuevo, con más proyectos, semillas y plantas que probar, espacios para diseñar, clases para dar, plantas para compartir..... 
Y también una importante sorpresa, que pronto les voy a compartir. 

FELIZ AÑO NUEVO