Este verano llegó con todo: una ola de calor que empezó a fines de diciembre y que, salvo por las últimas lluvias, venía muy seco. Por lo tanto todo se adelantó en los canteros, las plantas anuales de primavera semillaron y se secaron, y muchas herbáceas perennes también aceleraron el final de sus primeras flores.
Qué hacer entonces? Hace ya algunos años que practico las podas feroces en el verano (el sacrificio del verano) en pos de un otoño florido. Estas son decisiones que tienen que ver con los momentos en los que más se aprovecha el jardín y también tendrán que ver con las especies que tengamos en nuestros canteros.
En casa yo prefiero podar intensamente y perderme de los canteros "llenos" durante enero y febrero, para tener en cambio un marzo-abril-mayo, prolijo y florido. Suelo insistir con esta práctica sobre todo para los jardines en Buenos Aires en donde el frío otoñal llega tarde y los veranos últimamente son tan calurosos que ni las pobres plantas aguantan. Para los jardines o campos de veraneo no creo que sea conveniente aplicar esto. Como así tampoco con las gramíneas, que muchas ya comienzan a florecer.
Con las terribles temperaturas de diciembre, ni los agapantos aguantaron, las flores aceleraron su ciclo y las hojas se quemaron. Con paciencia deberán sacarse las hojas quemadas esperando que broten nuevas ya adaptadas al sol veraniego.
En los momentos en que el agua escaseó y ya ni alcanzaban ni las mangueras para regar, decidí "sacrificar" algunos sectores de césped, ya que después de algunas lluvias enseguida se pone verde nuevamente.
Aunque las dalias son bastante gauchitas, algunas flores se resienten bajo los rayos del sol. Hoy las podamos a mitad de su altura, a la espera de nuevas floraciones en un mes.
Las verbenas híbridas son de las más resistentes, pareciera que nada las detiene, empiezan en la primavera y así seguirán en flor hasta la llegada del frío (igual las podé para que acompañen al resto del cantero….) .
Los que se salvaron fueron los Penstemon 'Garnet', a quien suelo mencionar como una de mis herbáceas perennes predilectas, ya que desde la primavera hasta la caída de la primera helada, no paran!!
El Solanum rantonetti fue una de las adquisiciones del año pasado, como toda Solanácea disfruta del calor y pareciera no sufrir los embates de las altas temperaturas.
Otra nueva incorporación fueron los Tagetes 'Cinnabar' que traje de Great Dixter (Inglaterra) altos y desflecados, también muy resistentes al calor.
Las Zinnias también siempre presentes y cada vez más, a medida que avanza el verano...
….y las Nasella (Stipa) tenuissima, cómo les gusta la sequía…!
Los cleomes toman la posta de las espuelas. Estos rosados me los regaló Susana, que lindos se ven!
Las Salvias pratensis y las Achilleas que ya piden a gritos la poda (o será que las oigo solo yo?), seguramente en un mes o dos darán una segunda floración.
Así empezó la poda el fin de semana.
Ahora paciencia, y a esperar las nuevas brotaciones y floraciones. Si bien este sacrificio me deja sin nada ahora, el objetivo está puesto en marzo…allí vamos!