cuando sale el sol

Ardua tarea la de desyuyar y ralear, con paciencia discriminando las malezas de las flores. 

Y finalmente después de varios días de lluvia, el sol va queriendo salir y en esos ratos (que por ahora son escasos) me calzo las botas y los guantes para poner las manos en acción en los canteros, huerta, césped.  Los tiempos de la primavera en Buenos Aires son apurados, el sol calienta más y a medida que la temperatura sube (aunque sea de a ratos), las plantas caducas inchan las yemas, las herbáceas empiezan a brotar y en los canteros además de las flores, germinan (o se hacen visibles) todas las malezas.
Ahora es con prisa y sin pausa. A trabajar.    

En la huerta el tomillo que sembré en junio (bajo la tela antihelada) avanza lentamente, ahora más animado con el calor. Es la primera vez que lo siembro, siempre compré las plantas en el vivero ya crecidas, pero como es mi aromática preferida este año probé con la siembra. Por supuesto que estas pequeñas plantas son más vulnerables a los ataques de hormigas y caracoles que volvieron con todo.

Debajo de la tela que cubre los cajones las lechugas se ven contentas también con la primavera incipiente. Durante el día la levanto para que se evapore más rápido la humedad excesiva que dejó la lluvia.

Como siempre me gusta probar vegetales nuevos, este año compré semillas de apionabo que según leí es un cultivo muy lento. Así que empecé en abril en almácigo, ahora a la tierra y tendré que esperar unos meses más para ver crecer la raíz que es la parte comestible.  

Y como cada primavera, los caracoles irrumpen con toda potencia...como los odio!!!! Acá los descubrí entre las hojas del Pak Choi (una especie de repollo chino). Lo peor es salir de noche y verlos como un ejército avanzando a toda marcha hacia las plantas, pero es también una buena manera de eliminar varios de un saque, equipada con linterna y guantes o botas para ir aplastándolos, no es agradable pero sí ecológico...

De día es común encontrarlos abajo de las plantas de orégano y tomillo en la oscuridad de sus matas. Ahí parten también unos cuantos....!

Pero a pesar de lo caracoles puedo por suerte cosechar los últimos pak choi bien desarrollados (solo algunas hojas comidas) y preparar un salteado de pollo y verduras...espectacular! Y los rabanitos para una ensalada fresca y picante. 

Otras de las novedades en el cajón de aromáticas son estas acederas que me regaló Asunti, tienen un sabor  alimonado especial. Riquísimas crudas en ensalada o cocidas.   

La ajedrea es una aromática pariente cercana del tomillo, tiene un sabor bastante parecido pero un poco más fuerte y las hojitas más duras. La encontré en el Vivero El Botánico y compré algunas para completar el cajón de aromáticas. 

Y la novedad más interesante es la rúcula dulce hoja de roble. Las semillas vienen de Inglaterra, las hojas son más tiernas y el sabor más suave. Como se ve en el cartel las sembré a fines de junio bajo el túnel de tela antihelada, les costó salir con este julio frío, pero ya cosechamos las primeras hojas.