clematis

Clematis 'Henryi'

Y de repente como salidos de la nada, aparecen los clematis con sus flores espectaculares, dejando a todo el que pasa a su lado boquiabierto. Hace ya varios años planté algunos en unos postes de madera, de los cuales sobrevivió uno solo blanco. Pero debo decir que nunca les di un cuidado especial, salvo en el momento de plantación en que les procuré un buen suelo y sombra en el pie, que es en definitiva lo que todos los libros recomiendan. 

Clematis 'Henryi' 

Hace más de 25 años cuando empecé a trabajar, solía hacer mis prácticas en el jardín de mi hermana en Tortuguitas y conocí en ese entonces el Vivero Holland Park, que era de una familia de holandeses llamados Gerritsen. Era fascinante recorrer sus invernáculos y medias sombras viendo las variedades de clematis que cada año Arend hacía de semilla, de colores púrpuras, rosados, violetas, blancos...era realmente un especialista. Además de cultivar un montón de herbáceas, rosas y otros arbustos y plantas de interior. También escribió un manual de jardinería (Manual de plantas y consejos útiles), que aún conservo y del cual aprendí mucho.  El vivero cerró lamentablemente hace varios años y el señor Gerritsen volvió a Holanda con su mujer a jubilarse tranquilos.  

Dentro del cantero principal planté tres clematis violetas, que florecen profusamente en la primavera antes del estallido de las espuelas. Mandé a hacer estos tutores de hierro, sobre los cuales crecen muy contentas y cuando están caducas en el invierno al menos queda el simpático tutor a la vista.   

El mejor momento para comprar clematis es ahora, cuando están en flor. Plantarlos al sol o la media sombra, pero siempre con el pie cubierto por salvias, lavandas o alguna otra herbácea que les de frescor en la base de la planta.  Una buena compañía resultan los rosales trepadores que les sirven de tutores por donde crecen sus frágiles ramas.  Así como la primavera es espectacular en los clematis, el invierno es bastante sórdido, pierden las hojas y sus ramas parecen muertas (pero ojo, no lo están!). La poda varía de acuerdo a las especies e híbridos, pero debo confesar que yo los podo poco o nada, y así y todo cada primavera me siguen sorprendiendo con la belleza de sus flores.