en la huerta...

Y como era de esperar con los calorcitos primaverales, las verduras en la huerta crecen y crecen, y algunas quieren florecer. Entonces, apuro las cosechas de las hojas más maduras para que no florezcan y se pongan muy duras. Allí se van los raddichios, la escarola, la lechuga 'Salad Bowl' y 'Red Salad Bowl', a todas las corto a ras del suelo, ya que necesito liberar el espacio para nuevas plantaciones y siembras. 

Y allí parten Tobías y su amigo Jan a compartir con los vecinos esta gran cosecha.  

Mateo hace su aporte, punteando la tierra y agregando varias bolsas de resaca de río (que compro en Agroquímica Larroca). Todo para aportar más materia orgánica para los nuevos plantines que inmediatamente plantaremos.  

Queda un lateral de este cajón con algunas zanahorias que todavía no maduraron y las mostazas (hoja bordó) que son espectaculares en las ensaladas y les quedan aún unas cosechas por delante . 

Los nuevos plantines de lechuga (en este caso  'Bronze Arrow') fueron sembrados hace poco más de un mes en estas bandejas con plugs y ya están pidiendo un nuevo lugar. Esta variedad me resultó muy buena, así que estoy contenta de repetirla. 

Y gracias a las siembras escalonadas, mientras en este momento nos estamos comiendo unas plantas ya grandes, en otro cantero hay unas a mitad camino y ahora con la plantación de estos plantines nos garantizamos hojas tiernas hasta fin de año.       

También aprovecho el final de las heladas para sembrar (o plantar nuevamente) papas en la huerta de afuera. Me divirtió mucho la experiencia el año pasado y mientras tenga lugar disponible en la huerta seguramente seguiré sembrándolas.    

Eso sí, siguiendo los consejos que leí en algún libro, aporto mucha turba para darle acidez al suelo que es lo que las papas necesitan , además de muy buena aireación y  drenaje.

Estos papines los guardé de la cosecha anterior, en realidad los dejé al aire libre en esta canasta pero bajo techo, así pasaron el invierno. Y ahora los encuentro llenos de brotes, listos para ir a la tierra.   

Ya con la turba desparramada, los voy plantando al costado de las arvejas que ya están floreciendo y dando sus vainas que en unos quince días estarán para cosechar. Las arvejas resultan una buena compañía, ya que dejan el suelo rico en nitrógeno.